El diputado Luis Solana (Frepam-PS)resaltó los programas de reinserción que lleva adelante el SPF. Sin embargo, advirtió por "el eslabón más débil", es decir cuando los liberados deben reintegrarse a la sociedad y el Patronato no los puede contener por falta de personal y de fondos.
Actualmente, la U4 aloja 437 internos, de los cuales 94 son pampeanos, y hay 307 personas que integran la planta de agentes penitenciarios. "La Colonia Penal tiene en su mayoría internos que están en la última etapa de su condena, por lo que se caracteriza por ser una cárcel 'más tranquila'. Fuimos a ver lo que nos incumbe como diputados provinciales, que es la fase final del proceso condenatorio con privación de libertad, poniendo especial énfasis en la educación carcelaria prevista en la Ley 2511 y en la reinserción pos-condena", informó.
Patronato.
A su vez, el diputado provincial reclamó que se otorguen más fondos y elementos al Patronato de Liberados, que sólo cuenta con unos cinco empleados, que no cuenta con dinero suficiente -aunque ahora los sueldos se están pagando normalmente- ni infraestructura, y que está limitado en su tarea de contención y seguimiento de los casos.
En La Pampa, actualmente ese organismo está bajo la figura de una asociación civil. Solana dijo que "ya no queda en ninguna provincia del país que la reintegración social la realicen asociaciones civiles, sino que se crearon las instituciones específicas a cargo del propio Estado". El año pasado el responsable de ese organismo dijo que "el Patronato de La Pampa es el peor del país", mientras confirmaba el cierre de la sede de General Pico.
"Cumplida la condena total, los ciudadanos deben rehacer sus vidas, casi siempre comenzando desde cero. Sin vivienda, sin trabajo, sin ayuda de ningún tipo", indicó. Y amplió que la propuesta del Estado para su reinserción en la comunidad es ejecutada por el Patronato de Liberados, una asociación civil que no tiene más presupuesto que le permita cumplir con sus objetivos enmarcados en los derechos humanos básicos.
Abandonados.
De acuerdo con Solana, "las crónicas de un detenido, procesado, sentenciado y luego de vencida la condena liberado, en su inmensa mayoría son de personas muy pobres, con muy poca instrucción, nacidos o criados en entornos vulnerables, en su totalidad asociados al consumo de drogas y alcohol. Y una vez adaptados y devueltos a la sociedad, bajo la tutela del Patronato, encontrarán que la peor condena es la misma realidad".
El legislador sostuvo que es central el papel del Estado provincial en garantizar los derechos humanos y efectuar una verdadera reinserción social para, de esta manera, evitar la reincidencia. "La sociedad esta planteando fuertemente que se atienda su seguridad, quiere que se detenga el delito, que se ponga un freno a los golpes de las conductas delictivas, que van poblando de víctimas y miedo, y peor aun, tenemos la sensación de que 'nadie hace nada' por ese preso que salió y volvió a delinquir", sentenció.
Por último, Solana dijo que luego de la visita al penal, "nos angustió que quienes son liberados vuelven 'vía otro delito' en muy poco tiempo, porque falla el mecanismo pos-condena, el Estado los abandona, la sociedad los discrimina y el delito se incrementa".
Programa educativo.
Solana realizó un informe sobre su visita a la U4 donde fue recibido por el director Mario Luis Ptasnik y se entrevistó con el personal. También hizo una recorrida por todos los sectores, que incluyó uno de los doce pabellones que hay, en plena capacidad con sus 36 internos. "Pudimos apreciar con satisfacción que la educación en la cárcel no es un título, sino que por el contrario se lleva adelante la obligatoriedad de la educación primaria y a partir de este año se implementó el nivel secundario que cuenta con 35 alumnos y cuatro que están en el Plan Fines". Casi todos tienen el nivel primario, pero no el ciclo secundario, sólo doce egresados.
Presos por pobres.
Solana dijo que una de las conclusiones sacadas, luego de la descripción del perfil de la población de la Unidad 4, es que existe un sistema penal muy selectivo, que castiga casi exclusivamente los delitos cometidos por los ciudadanos de las clases bajas.
"La organización penitenciaria es, ahora más que nunca, un mecanismo de control social usado para someter a los excluidos", expuso. Y ejemplificó: "Lo que mejor grafica esta conclusión es que los presos (Hugo) Agüero y (Luis Edgardo) Araniz, están detenidos por un botín que supera a lo robado por los otros internos en conjunto. El sistema penal está hecho para que el rico difícilmente llegue hasta la penitenciaría".
Para el diputado provincial, la violencia en la cárcel no es menor al de algunos entornos de nuestra sociedad. "De la charla con autoridades de la Unidad Penal 4 se desprende que la reinserción no existe, que la sociedad discrimina al ex presidiario debido a que conseguir un empleo, ser aceptado en círculos sociales, poder reiniciar su vida, es un verdadero obstáculo. Y por supuesto es inversamente proporcional la dificultad de reinserción con la facilidad de reincidencia", completó.