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La tierra para el que trabaja


Compartimos documental realizado para canal Encuentro en el que participamos en homenaje al Socialista Antonio Buira, fundador de la Liga Agraria de La Pampa.

EL GRITO DE ALCORTA




Los campesinos de Alcorta y su zona, escribieron con tesón y sacrificio una de las páginas más brillantes de la historia del movimiento agrario argentino. En el sur de la Provincia de Santa Fe, el 25 de junio de 1912 los colonos iniciaron el primer movimiento campesino de Argentina en reclamo de mejores condiciones de arrendamiento de las tierras. Se trata de una fecha histórica para el movimiento agrario argentino, un hito en la historia de la organización gremial campesina. Los antecedentes del Grito de Alcorta, los tenemos que buscar en la sublevación de los chacareros de Macachín en la Provincia de La Pampa. La rebelión de los “Rusos” en 1910.

En 1910 la zona agrícola del sureste de La Pampa Central y sur de Buenos Aires sufrió un desastre agrícola sin precedentes causado por una persistente sequía y fuertes vientos. Esta crisis climática provocó la pérdida de lo sembrado en una zona que abarcó aproximadamente 1.000.000 de has.
La fuerte sequía que azotó a las tierras santafesinas en 1911, condenó a los colonos a una escasez abrumadora de recursos. Su condición de arrendatarios los ubicaba en una situación aún peor: los pagos comprometidos con el terrateniente se llevaban los pocos ingresos que pudieran generar.
Se desata la huelga, que durante muchos meses fue dirigida y organizada por colonos venidos de Italia y España, ideológicamente socialistas y anarquistas, muchos de los cuales habían tenido actuación en Europa, en movimientos políticos y sociales de fines del siglo XIX.

La fuerza de aquel Grito llego también a La Pampa.


En 1912 se produjo en el espacio pampeano la primera movilización de los chacareros motivada por una mayor participación en el ingreso agrícola. De la agitación nació la Liga Agraria como organización de defensa de los intereses de los agricultores arrendatarios territorianos.
Antonio Buira organizó la Liga Agraria de Uriburu el 18 de agosto de 1912 en la colonia Inés y Carlota, donde tenía una chacra. Ese mismo día en Trenel se formaba el núcleo principal de los liguistas del norte bajo la presidencia de Luis Denegri. En Uriburu el 15 de septiembre se realiza la asamblea general de la Liga Agraria “de Uriburu” con 1.000 colonos de la zona donde queda fundada y se elige la comisión integrada por Domingo Manovela como presidente, Eliseo Tarquini como vice y Buira como secretario general.

La Liga medió ante los propietarios y comerciantes para obtener rebajas en el precio de los arrendamientos y en la modificación de contratos de las cláusulas restrictivas o extorsivas y de no ceder a los reclamos se declaraban en huelga paralizando las actividades agrícolas.
La Liga de Uriburu bajo la dirección de los socialistas y chacareros identificados con esta ideología, comienza en varias colonias a negociar nuevos contratos.

Buira será uno de los promotores de una importante reunión el 25 de enero con el juez letrado Alfredo Torres en Uriburu, los colonos y los propietarios para llegar a un acuerdo.
La Liga que agrupaba también a colonos de Anguil y Quemú negociará con una comisión oficial llegando a un acuerdo con mutuas concesiones donde surgirá un inédito manejo jurídico ante los embargos mediante el cual los chacareros endeudados quedaban como depositarios de cosechas, animales y útiles de labranza hasta saldarlas.
Bajo la dirección de la Liga Agraria lograrían impulsar poco después el primer movimiento cooperativista agrícola del Territorio en 1913. Los liguistas intentarán constituir secciones cooperativas de consumo y producción a los fines de suprimir los intermediarios y abaratar costos para los socios. En febrero comienzan a formarse en varios pueblos seccionales de la Sociedad Cooperativa “El Porvenír Agrícola Compañía Limitada”.

Los chacareros de la colonia Inés y Carlota constituirán una en Uriburu en septiembre durante una reunión con la presencia del gobernador Felipe Centeno. Sus directivos serán Domingo Manovella, Benito Dolce, Antonio Buira, Casimiro Pellegrini, Amadeo Guritz y José Cairati. No pocas veces los arrendadores y comerciantes tratarán de impedir sus operaciones.
Con préstamos y sin ayuda estatal que se les negó, se levantó un edificio de siete habitaciones y un galpón. Quiza poco quede en la memoria colectiva de estos hombres que en su actuación en el territorio pampeano dejaron su huella en la causa de los de abajo, los trabajadores.

¡Sirvan estas palabras de homenaje a su compromiso, convicción y lucha!