"La situación laboral de los operadores es miserable",
dijo el diputado provincial del Frepan, Luis Solana. Visitó el IPESA el jueves.
El diputado provincial del Frepam, Luis Solana, visitó el
IPESA el pasado jueves y afirmó luego que “la responsabilidad de lo que allí
sucede es del gobierno”.
El diputado socialista se acercó al instituto de menores
luego de la crisis que se desató el martes con la detención de un auxiliar, que
fue denunciado por el director, Marcelo Turnes, por agredir a un chico de 16
años. Al día siguiente, los operadores se concentraron frente al edificio,
quemaron cubiertas y denunciaron la precaridad de las condiciones laborales.
“Esto es un caos, es un depósito de chicos”, plantearon.
El último jueves, los delegados gremiales se reunieron con
las autoridades del área, que prometieron instrumentar un manual de
procedimientos provisorio y estudiar la incorporación de personal. Los
funcionarios reprocharon la cantidad de carpetas médicas de los operadores.
Además del auxiliar denunciado, Víctor Jérez, por orden de
la justicia fueron suspendidos otros dos operadores, supuestos testigos de la
agresión.
Después del episodio, se fugaron dos chicos. El jueves,
fueron recapturados pero se fugó otro.
Solana, luego de la visita, pareció respaldar la postura del
grupo de operadores que hizo las demandas a la cartera de Bienestar Social.
“El Estado debe dejar de usar las fundaciones como
intermediarias de sus obligaciones indelegables. Y debe priorizar el interés
por reintegrar a la sociedad a los jóvenes”, señaló a través de Facebook.
“La situación laboral de los operadores es miserable, siendo
monotributistas contratados por unas fundaciones que dependen para subsistir
directamente del estado, sin vacaciones, aguinaldo y con la estabilidad laboral
frágil”, añadió.
El IPESA es un lugar conflictivo para el área de Bienestar
Social. Desde el año pasado los operadores y profesionales vienen haciendo
reclamos laborales. Los delegados denunciaron que los operadores trabajan
recargados, que figuran cuarenta operadores, pero sólo trabajan veinte y la
mitad tiene carpeta médica o sicológica.